Capítulo 0: Prólogo
Un joven solitario y desempleado de 34 años es atropellado por un camión... ¡y se despierta como un bebé recién nacido en un mundo de fantasía! Con padres amorosos, toda una vida de arrepentimientos y un libro de magia para principiantes, se propone aprovechar al máximo su segunda oportunidad en la vida.
Me presento. Soy un hombre de 34 años que en este momento no tiene ni casa ni empleo. No soy nadie especial, tan solo un chico del montón simpático y rechoncho, que se arrepiente de cómo ha vivido hasta ahora. Lo primero que he de decir es que tenía casa hasta hace 3 horas. Era un NEET1 bastante veterano que no había salido de su habitación para nada este último año. Hace poco murieron mis padres, pero como me negaba a salir de mi habitación, no asistí a la reunión familiar posterior y mucho menos al funeral, lo que llevó a que me echaran de la casa. Parece que ninguno de mis hermanos se enteró de lo que sentí la muerte de mis padres, ni los golpes y los llantos que seguramente se pudieran oír en mi casa cuando supe que no había nadie. La cosa es, que cuando mis hermanos volvieron del funeral vestidos de luto, decidieron irrumpir en mi cuarto y me encontraron masturbándome, tras lo que se pusieron hechos una furia y me dijeron que cortaban toda relación conmigo. Les ignoré, pero mi hermano pequeño se puso a darle golpes con un bate a mi posesión más preciada, por encima hasta de mi vida: mi ordenador. Viendo con mis propios ojos cómo lo rompía, me lancé contra ellos medio alineado; pero como mi hermano mayor es primer Dan2 en Karate, al final fui yo el que se llevó una viciosa paliza. Lloré y supliqué penosamente pidiendo que me perdonaran, pero me echaron a patadas sin dilación y cerraron la puerta a mis espaldas, sin haberme dado tiempo ni para cambiarme de ropa.
Como pude, soporté el dolor en mi pecho (seguramente me habían roto algunas costillas en la paliza de antes) y vagué dando tumbos por las calles de mi ciudad, mientras en mis oídos resonaban los reproches de mis hermanos mientras me echaban de casa. Fueron palabras duras y muy difíciles de asumir. Mi corazón estaba completamente destrozado. ¿En qué me equivoqué? Todo lo que hice fue masturbarme viendo un vídeo porno3 sin censurar el día del funeral de mis padres... ¿Que debería hacer ahora? No, mi cerebro ya sabía la respuesta: encontrar un trabajo aunque fuera temporal; después un lugar donde vivir y, finalmente, comprar comida. ¿De qué forma conseguiría todo esto? Ni siquiera estoy muy seguro de cómo conseguir un trabajo. Lo único que sé es que debería de ir a Hello Work4. Aunque, y no estoy intentando presumir, tengo más de 10 años de experiencia en cómo no salir de casa, ¿cómo demonios voy a saber dónde está Hello? Pero dejando eso a un lado, aunque consiguiera encontrarlo, por lo que sé, lo único que hacen es encontrarte un trabajo. Por lo que tendría que llevar mi currículum, ir al lugar indicado y realizar una entrevista. En este caso, tendría que realizar una entrevista vestido con una sudadera bañada en sudor y sangre... Ni de casualidad conseguiré un empleo yendo de esta forma. Ni yo contrataría a un tipo vestido de semejante forma. Quizás podría preocuparme y comprenderle, pero no me cabe la menor dudar que no le contrataría. ¿Qué tiendas vendían los formularios para el currículum? ¿Habrá en estaciones de servicio o quizás en supermercados? Quizás en un supermercado los encuentre, pero no tengo dinero para pagarlo tampoco.
Además, ¿qué haré una vez consiga todo eso? Asumiendo que tenga suerte, obtenga un préstamo del banco, compre otra indumentaria, alojamiento y mis papeles para la entrevista... creo recordar que el formulario tienes que rellenarlo con una dirección a tu nombre o al de un familiar, así que ni por esas. Se acabó... En este instante he comprendido que mi vida ha llegado a su fin. "Hah....." Y encima se pone a llover. Ya estamos a finales de verano, empieza a hacer frío, y esta lluvia tan fría me cala la ropa que he vestido durante adivina cuantos años, dejándome congelado. "...... Si pudiera empezar otra vez, desde el principio." Se me escapan estas palabras que soy incapaz de tragarme, pero es que no nací siendo una persona tan mezquina. Fui el tercer varón de una familia relativamente bien avenida, junto a mis dos hermanos mayores, mi hermana mayor y mi hermano pequeño, siendo el cuarto de 5 hermanos. Desde Primaria se me ha elogiado como una persona muy lista para mi edad, aunque en realidad no se me daba tan bien estudiar; pero era muy espabilado y además era bastante buen deportista; hasta el punto que durante un tiempo llegué a ser hasta el más popular de mi clase.
Después, ya en Secundaria, decidí unirme al club de Computación, donde me asesoré sobre las revistas que consultar y el dinero necesario para montarme mi propio ordenador. Esto me hizo resaltar más a los ojos de mis familiares, que eran incapaces de entender lo que hacía al escribir cosas tan sencillas como printf("Hola mundo"). Pero el punto de inflexión de mi vida fue cuando entré al Bachillerato... bueno no. Si lo pienso bien, todo comenzó en mi último año de Secundaria, en el que me preocupé tanto en trastear con mi ordenador que dejé de lado los estudios. Empecé a pensar que estudiar lo que me daban en el colegio era una pérdida de tiempo, sintiendo que no era útil en la vida real, y esto me llevó a entrar en el peor instituto de mi provincia, y ni por esas le di importancia. Sentía que podía tener éxito si me esforzaba al máximo, y que era muy distinto al resto de idiotas que se matricularon en el instituto; esas eran las palabras exactas que creía. Todavía recuerdo el incidente que ocurrió entonces. Mientras hacía cola para comprar mi almuerzo en la cafetería, hubo un chaval que se coló delante mía, a lo que refunfuñé un par de frases mostrando lo injusto que estaba siendo. Supongo que lo hice por orgullo y por la actitud de Chuunibyou que tenía por aquel entonces. Desafortunadamente, era uno de mis senpais, por no añadir que una de las personas más peligrosas de todo mi instituto.
Al final, acabó dándome puñetazos en la cara hasta dejármela totalmente hinchada, tras eso me desnudó y me crucificó en medio del patio; desnudo, amoratado, atado y rodeado de gente que no paraba de hacerme fotos, como si fuera una modelo o algo, y que acabaron distribuidas por todo el instituto, haciendo que en un solo día cayera hasta lo más bajo en el escalafón social, todos riéndose de mí y hasta me pusieron el mote de Pollita Encapuchada. Durante un mes no pisé el instituto y me convertí en un hikikomori. Y al verme actuar así, mi padre y mis hermanos me dijeron las frases típicas que no piensas demasiado pero que todo el mundo repite ¡Esfuérzate!, ¡anímate!. Pero no creo que estuviera equivocado. Nadie en mi situación hubiera seguido yendo a clase. Imposible. Sabía que todos aquellos a los que conocía ya habían visto las fotos con las que me humillaron y que se habían sumado a las burlas. Y pensando así, sin escuchar lo que me dijeran en casa, continué ese nuevo estilo de vida, porque aunque no saliera de mi cuarto, mientras tuviera mi ordenador e Internet, podía pasar el tiempo. Después, viéndome influenciado por Internet, me empecé a interesar por varios hobbies: ensamblar modelos en plástico pieza a pieza, pintar figuras, administrar blogs... y mi madre siempre estuvo dispuesta a apoyarme en mis proyectos y daba la sensación que me daría el dinero para cualquier cosa que le pidiera, puede que por verme tan animado con mis nuevos pasatiempos. Pero de cada nueva afición que descubría, me hartaba en menos de un año; porque perdía mi motivación en cuanto veía a alguien que fuera mejor que yo. Porque esos otros, parece que se lo tomaban como un simple hobby; pero para mí era importante, ya que yo no tenía otra cosa que hacer en ese oscuro caparazón que era mi cuarto y me enrabietaba verles superarme con tanta facilidad. No, si lo pienso bien, hasta eso era una excusa.
Como mínimo, podría haberme esforzado más en mis hobbies, o haberme hecho mangaka publicando webcomics malísimos, o convertirme en un novelista web posteando novelas; porque no sería el primero que, en circunstancias similares, acabara haciendo algo así. Pero por aquel entonces, me reía y hasta atacaba verbalmente a esas personas, burlándome de sus creaciones, viéndome como un crítico, diciendo cosas como "Es lo peor que he visto hasta ahora", juzgándoles duramente; aún cuando por mi parte no hacía más que perder el tiempo... Quiero volver. Si fuera posible, querría volver a primaria, el punto álgido de mi vida, o de vuelta a secundaria. No, incluso si fuera uno o dos años, todavía podría hacer algo con solo ese tiempo; y aunque por aquel entonces me diera por vencido al menor contratiempo, podría volver a empezar si parto de este momento. Si me esforzara al máximo, aunque no me convirtiera en el mejor, podría llegar a ser un profesional. "......" ¿Por qué no hice nada hasta ahora? En su día me divertí enormemente. Incluso sin salir de mi cuarto, era capaz de hacer una cantidad enorme de cosas sentado frente a mi ordenador, aunque no llegara a ser el mejor, podría haberme conformado en algún lugar intermedio si hubiera seguido esforzándome. Manga, novelas, juegos, o incluso programando; si me hubiera esforzado al máximo, debería de haber sido capaz de conseguir pequeños logros, sin contar si esos logros podían convertirse en dinero... Bueno, no importa. Es inútil. Nunca me he esforzado, aunque volviera al pasado, seguramente me tropezaría de forma similar o me detendría en el mismo punto; ya que acabé de esta forma porque nunca pude superar los problemas que otras personas sí pudieron. "¿Hm?"
Oigo gente discutir, pero no sé dónde por la lluvia tan fuerte. ¿Por qué estarán discuten? Bah, paso, no quiero entrometerme. Pero aun pensando así, mis pies se dirigieron hacia las voces. "---- ES POR ESO QUE TÚ----" "PERO SI TÚ ERES QUIEN-----" En mi campo de visión aparecieron lo que parecía una discusión de pareja entre 3 chicos de instituto. Dos chicos y una chica. Los chicos estaban vestidos del ahora poco común Gakuran y ella con un Seifuku. Daba la impresión de que el harem13 se le había ido de las manos a ella. El chico más alto estaba discutiendo fuertemente con la chica, y el otro intentaba mediar, aunque los otros 2 le ignoraban. Hmm, creo que hace años viví una situación parecida. Una vez tuve una amiga de la infancia en primaria. Podía considerársele mona, quizás la 4ª o 5ª chica más atractiva de la clase; era miembro del club de atletismo y tenía el pelo corto. Era lo suficientemente guapa como para hacer que 2 o 3 personas de cada 10 que la vieran se giraran prendados.
La cosa es que yo, por aquel entonces, estaba muy entusiasmado con un anime en particular y creía que las chicas en el club de atletismo debían de ir con coleta, por lo que al no llevarla era incapaz de verla tan mona como en realidad era. No obstante, vivíamos cerca y con frecuencia estuvimos en la misma clase de primaria, por lo que a menudo nos volvíamos juntos a casa; charlamos varias veces y también discutimos en alguna ocasión. Es una lástima, en la actualidad, con tan sólo escuchar "primaria", "amiga de la infancia" y "club de atletismo" en la misma frase es suficiente para poder pajearme hasta 3 veces. Por cierto, escuché que esta amiga de la infancia se casó hace 7 años, rumor que oí de mis hermanos mientras charlaban en el salón de casa. Nuestra relación no era mala, éramos hasta capaces de hablar sin tapujos porque nos conocíamos de pequeños. No creo que le gustara, pero si hubiera estudiado y entrado al mismo instituto que ella, o si me hubiera incorporado al club de atletismo, con mi facilidad para los deportes, creo que hubiera activado una bandera con ella. Si me hubiera declarado, quizás hasta hubiéramos estado saliendo, podríamos haber flirteado y discutido como el trío de delante, es posible que incluso hubiéramos jugado a cosas eróticas en una clase vacía después de clase, ¿en qué eroge pasaba todo eso? Ahora que lo pienso, estas personas son verdaderamente unos malditos riajuus18. Desapareced de una vez... ¿hm?
En ese preciso instante, me fijé en un camión que estaba yendo en dirección al trío sin dejar de acelerar; al fijarme mejor, vi que el conductor del camión estaba tumbado bocabajo sobre el volante, durmiendo. Y el trío no había visto el camión. "¡¡C-c-c-Cuidado!!" Intenté avisarles alzando la voz, pero hacía 10 años que no gritaba tanto, por no hablar de que el frío y el dolor en mis costillas hizo que mi voz no saliera con fuerza. La temblorosa y casi inexistente voz que dejé escapar fue ahogada por la lluvia. Debía salvarles, tenía que hacerlo, pero al mismo tiempo pensé, ¿por qué tendría que hacerlo? Tuve la corazonada de que si no lo hacía, me arrepentiría 5 segundos después; me arrepentiría enormemente si viera a esos tres ensangrentados y destrozados por el camión, y que acabaría sintiéndome culpable por no salvarles. Y por ese motivo, quería salvarles. De todas maneras, es probable que no tardaría en morirme de hambre tirado en medio de la calle; para acbaar así, prefería morir sintiéndome mejor, porque no quiero volver a arrepentirme por una mala decisión. Corrí dando tumbos en su dirección. Mis piernas no se movían como quería, imagino que por no usarlas mucho estos últimos 10 años; era la primera vez en mi vida que deseé haber hecho más ejercicio. Las costillas rotas se me clavaban causándome un dolor insufrible, molestándome a cada paso; también fue la primera vez en mi vida que deseé haber tomado más calcio. Dolía... Dolía tanto que no podía correr; y aún así corrí, porque estaba corriendo con todas mis fuerzas. El chico con el que discutía la abrazó cuando vio el camión acercándose hacia ellos, pero el mediador estaba de espaldas al camión y todavía no lo había visto, parece sorprendido sin comprender la acción de su compañero.
Agarré a este chico despistado del cuello de la camisa y sin ningún miramiento lo lancé con todas mias fuerzas; por el rabillo del rojo le vi caer al borde de la calle, fuera del trayecto del camión. Bien, faltan dos. En lo que terminé de pensar esto, el camión ya se encontraba frente a mí; y eso que mi intención era tirar de ellos desde un lugar seguro, pero en cuanto tiré del chaval, el retroceso me causó ir hacia el camión. Es normal, y no hubiera importado nada aunque hubiera pesado 100kg más; como consecuencia de correr con mis piernas temblorosas, fui impulsado hacia delante por el ímpetu19. Pude notar una luz a mi espalda el momento en el que fui golpeado por el camión. ¿Acaso es este el famoso flashback antes de morir? ¡¿Ya está?! ¡Ha sido demasiado rápido, no pude ver nada en tan poco tiempo! ¿Tan poco hice en mi vida que el flashback fue instantáneo? Tras ser golpeado por el camión, que seguramente pesaba 50 veces más que yo, volé hasta chocar contra una pared de cemento. "¡Puhh.....!" El aire de mis pulmones fue expulsado completamente en un espasmo y a la vez solicitaban aire por el esfuerzo realizado. No podía pronunciar palabra, pero todavía no estaba muerto, seguramente porque la grasa acumulada en mi cuerpo me salvó.... Pero una vez pensé esto, el camión volvió a aparecer frente a mis ojos. Fui aplastado como un tomate entre el asfalto y las ruedas del camión.